Hoy me siento impotente, esa sensación desagradable que en no pocas ocasiones acude y que me produce mucha inquietud. Qué duro es estar ante una situación dolorosa y sentir que no puedes hacer nada, que no depende de tí y que por más que lo intentas no sirve de nada; quizá el consuelo de tontos de "al menos lo he intentado"; quizá sería aún peor no hacer nada, girar la cabeza y hacer como si nada, pero yo no soy así, no sería honesta conmigo misma. Sólo queda aceptar la Impotencia y seguir hacia delante.

Ayer comenzamos el grupo de musicoterapia, es un grupo que para mí significa algo muy especial, desprenden muy buena energía y es el primer grupo que tengo que va a tener continuidad en el tiempo puesto que nos vamos a ver todas las semanas y eso implica que voy a estar experimentando con ellas sensaciones y emociones, que voy a acompañarlas y que voy a estar facilitándoles el camino del autoconocimiento y de la autoexpresión. Me encanta este trabajo.....

El  pasado sábado 5 de noviembre he realizado un curso de musicoterapia humanista en el colegio de matronas de Alicante. La experiencia ha sido muy gratificante, la entrega y  participación de todas ellas ha sido fundamental para que todo trancurrieran de una manera natural y fluída. Hemos compartido experiencias y me llevo de todas ellas un bonito recuerdo. Gracias por vuestra participación. 

Hoy estoy en uno de esos días en el que las emociones las tengo revueltas, me siento triste pero a la vez alegre, tengo miedo pero a la vez siento esperanza, me siento fuerte y a la vez vulnerable. Este es el mundo de las emociones en estado puro, están mezcladas y se interrelacionan unas con otras ¿porqué no?, la vida no es plana, está llena de curvas que van y vienen, entonces ¿porqué nuestros sentimientos tienen que ir en línea recta? o estamos tristes o estamos enfadados pero no las dos cosas (o eso creemos); yo he aprendido a aceptar que sí que puedo sentir dos cosas a la vez y que pueden estar en  oposición una con la otra, y lo más curioso es que una vez que lo aceptas no pasa nada, todo es mucho más fácil porque dejas de luchar contra tí mismo.

Día a día me enfrento a la dificultad de ser coherente con lo que siento. Una y otra vez, la vida me pone en situaciones en las cuales tengo que elegir entre ser políticamente correcta o ser coherente y tomar decisiones en función de lo que siento que tengo que hacer y claro está asumiendo las consecuencias de ello.

No es fácil hacer lo correcto, ahora lo veo, pero también veo que a veces el camino más fácil no es el mejor ni para nosotros ni para quien nos rodea. Creo que a mucha gente le asusta aún sabiendo que ese es el motivo de que las cosas no funcionen bien, vemos el resultado, la consecuencia, pero no asumimos la responsabilidad, siempre hay un tercero que tiene la culpa de lo que nos pasa, y lo entiendo, es difícil asumir la responsabilidad y ser coherente con nuestros sentimientos pero también creo que ese es el camino a la libertad, a sentirse realmente un ser humano.

Estamos inmersos en plena campaña electoral; por todos lados nos bombardean imágenes de caras sonrientes y de buenas intenciones. Todos parecen buenísimos, todos quieren mejorar mi vida, y ahora se acuerdan de que en los colegios faltan recursos, de que muchos niños se juegan la vida cruzando la calle para llegar a su colegio y justo en esta semana los policías amablemente dirigen el tráfico en las zonas escolares abandonadas durante todo el año. Corre que te corre para terminar las obras, la decoración de las ciudades !Qué bonito está todo!.

¿De verdad quieren representarme?¿de verdad su intención es pensar en el bien común?¿realmente les importa el bienestar de los ciudadanos, de todos los ciudadanos?

¿Tan difícil es hacer las cosas bien?....

Ayer por la noche ví un programa de televisión en el que traían a la gran ciudad a unas familias aborígenes que viven en tribus en pleno contacto con la naturaleza. Fué muy interesante ver las reacciones que tenían al ver nuestra cultura y nuestras contradicciones de lo que llamamos "la civilización".

Hubo algo que me impactó y fué cuando pasaron delante de indigentes, ellos alucinaban viéndo la indiferencia de todos los que pasaban al lado de ellos y ni siquieran les veían. Preguntaban asombrados cómo era posible que les dejaramos vivir en la calle, con el frío que hacía, cómo no cuidabamos de ellos. Es curioso y nosotros somos los civilizados.....

A lo largo de los años vamos arrastrando cargas que llegan a convertirse en verdaderos lastres que forman parte de nosotros y llegan a dominar nuestros comportamientos. Muchas veces asumimos cargas que no son nuestras, aferrándonos a ellas de una manera tan neurótica que llegan a limitar nuestros comportamientos, nos hacen infelices y nos alejan de lo que verdaderamente somos en realidad.

Nos colgamos a nosotros mismos la etiqueta y con ella cargamos hasta desfallecer; nos sentimos atrapados en un rol y lo que es peor nos clasifican desde fuera y ahí nos quedamos. Nadie es una sola cosa, "el ser humano es un proceso" y a lo largo de la vida vamos adaptándonos, creciendo y superando los baches que encontramos en el camino.

Poco a poco hay que conseguir que esos lastres se vayan soltando o por lo menos sean lo menos pesado posible para poder avanzar en el camino, para sentirse en paz, para estar tranquilo.

Desde que yo recuerdo siempre he sido la niña buena, dulce y callada que nunca ha dado un problema a sus padres. Desde muy pequeña he cargado con la pesada carga de mi "máscara" la del silencio, siempre he sido muy callada y eso lo he utilizado para defenderme del exterior pero también se ha convertido en una limitación, puesto que llega un momento que forma parte de tí y llegas a creerte de verdad que eres así, que tienes que estar callada, que no tienes que expresar tus sentimientos, que no tienes derecho a hablar ni a expresarte, y cada vez te sientes más y más y más pequeña hasta que casi llegas a desaparecer, te sientes invisible.... hasta que un día te miras en el espejo y te preguntas ¿quién es esa? ¿cómo he llegado hasta aquí? y sin saberlo muy bien inicias el camino de regreso hacia tí.

Yo he vuelto a reencontrarme he vuelto a encontrar a esa niña que un día decidió mantenerse callada aún teniendo muchas cosas que decir, a esa niña que quería que la escucharan y que no supo cómo hacerlo; a esa niña que siendo la tercera de cuatro hermanos le faltaron sus momentos de exclusividad y de aunque fuera por unos instantes sentirse especial. Ahora la siento cerca de mí, he curado las heridas y me he despojado de mi máscara, ahora hablo cuando lo necesito, expreso mis emociones y me siento libre.