Complicidad.

27.10.2013 12:12

El viernes pasado tuve una sesión de musicoterapia con mi adolescente autista de esas irrepetibles e increíbles.

Me recibió con una gran sonrisa y al darle las buenas tardes él me contestó "buenas tardes" (hasta hace muy poco no era capaz de hacerlo y es algo que hemos trabajado a través de una canción que elaboré para ese fin). Mantuvo esa gran sonrisa durante toda la sesión y como siempre pusimos música como parte de nuestro ritual en las sesiones, en este caso para empatizar con esa alegría que mostraba puse música con ese carácter; y ocurrió algo que hacía mucho tiempo que no hacía, empezó a coger los instrumentos de pequeña percusión y empezó a tocar con tal entusiasmo y energía que me lo contagió, de tal manera que nos pusimos a tocar los dos como si en ese momento no existiera nada más; y añadimos a la ecuación el teclado hacia el cual no había mostrado intereses desde hacía muchas sesiones.

Fué increíble el nivel de contacto y empatía que conseguimos; él mantenía constante contacto visual conmigo y en ocasiones con tanta profundidad que a veces me dejaba descolocada. Disfrutamos mucho haciendo música, a nuestra manera y con una complicidad que difícilmente he conseguido con otros músicos.

Una experiencia inolvidable. Gracias Ro.